EL OFICIO MÁS INFLUYENTE DEL MUNDO
Una de las carreras más antiguas del planeta junto con el oficio de la prostitución.
¿Qué sucede cuando no hay supervisión de un oficio?, ¿quiénes son los que informan o desinforman el país?. Comenzaremos diciendo que los periodistas en Colombia no tienen tarjeta profesional desde 1975, cuando el magistrado Carlos Gaviria dijo que la libertad de expresión no debía tener condicionantes, y que por ello se estaba coartando a la gente para que diera su opinión.
En consecuencia el hecho de otorgar tarjeta profesional a los periodistas atentaba con la constitución y la democracia. Supongo que pensó que el mundo se quedaría como él lo veía en ese año.
Lo mencionó porque el magistrado no tuvo en cuenta la evolución de las nuevas tecnologías, lo que hizo que la decisión de ‘’no coartar la libre expresión’’ se saliera de control y con todos los juguetes. ¿Por qué? porque las Tics trajeron consigo la inmediatez de información, acceso a nuevos portales de interacción, además de las queridas y aclamadas redes sociales que nos dan cuenta del inmenso mundo digital.
La cotidianidad se ve afectada y mediada por la magnitud de información que se recibe diariamente en la red y lo peor, sin control, entonces sucede que cualquier persona puede escribir, subir y replicar lo que quiera, así no tenga fuentes confiables que avalen la información compartida.
´´ En este minuto se comparten 2.46 millones de posts en Facebook, 277,000 tuits, 347,222 fotos a través del servicio de mensajería WhatsApp, se suben 72 horas de video a los canales de YouTube, se realizan 400,000 búsquedas en Google y se envían 204 millones de correos a través de diferentes plataformas´´, según La empresa de inteligencia de mercados Domo.
Entonces volvemos a lo mismo, ¿Quién garantiza la veracidad de la información?
Y si nos trasladamos a los medios audiovisuales que podemos decir. A mi punto de vista, que las nuevas generaciones no tienen el debido manejo de la información porque como no hay tarjeta profesional pues tampoco existen sanciones a quienes publiquen información errónea, permitiendo que muchos o cualquiera, de un punto de vista ante situaciones serias, lo que distorsiona la claridad del mensaje real. No estoy diciendo que quienes sean empíricos no puedan hablar, ni mucho menos que las personas no podamos dar nuestra opinión, pero de qué manera lo estamos haciendo, si no existe supervisión que cree conciencia en quienes escriben y publican.
Hoy en día la gente cree que cualquier cosa que se publica es verdad, cuando todo lo contrario es una falsedad, y pregunto, ¿será que estas personas saben las dimensiones que hay cuando se escribe algo sin fuente?, creo que la mayoría no, por eso esto es una carrera, es la tecnificación de un oficio que compromete la responsabilidad de influenciar y hasta manipular la población que la ve o la lee. Leyendo un poco parte del proyecto de ley que propone el senador Mauricio Aguilar y María Eugenia Triana del partido opción ciudadana, es que la información debe tener una autorregulación y es necesario que el oficio del comunicador organizacional y del periodista sea reconocido precisamente para hacer un filtro de todo lo que se informa, o de la manera de como se hace.
Aparte pude leer que en el espectador se dice que periodismo debería ser una especialización mas no un pregrado, según, porque hay abogados, economistas que están mucho mejor preparados, pero ese realmente no es el problema. Para mí, se tiene que mirar como las instituciones están formando sus alumnos y de qué forma las nuevas generaciones están tomando la libertad de escritura y publicación, mirar si verdaderamente quienes estudian la profesión están dispuestos a ser lo que se debe hacer. Que se supone es informar de manera imparcial.
Más que escribir bien, se trata de investigación, eso que ya casi no hay, y se perdió al transcurrir los años. Supongo que antiguos periodistas extrañan que tuviéramos ahora eso llamado compromiso.
Pero no me extraña, pues los mismos medios se han encargado de mostrar que simplemente una cara bonita, una niña que sale del modelaje puede ejercer este subvalorado oficio, entonces más niñas, que no quieren más que estatus, estudian esta carrara para entrar al mundo de la televisión, llenado nuestras aulas de banalidades, que han hecho perder credibilidad a lo que verdaderamente hacemos.
Por eso considero necesario y urgente que se pueda certificar el periodismo como cualquier carrera, de esa forma no solo se autorregula un poco la información, sino que además limitan a que las empresas creen estigmas falsos de nuestra carrera, haciendo que contraten personas idóneas para ejercer la comunicación ya sea corporativa o audiovisual. Quitar ese canon que solo llenan de aire la labor tan fundamental de informar.
Con lo que mencionaba anteriormente puedo decir que existen también muchos abogados, economistas mediocres que con su título desempeñan labor periodística y por eso dicen son buenos, tener doble titulación no es sinónimo de excelencia, debemos comprender que la libre expresión debe tener limitantes para que la gente no se meta ni haga meter en problemas a los demás, eso no significa que no pueden expresarse, pero si es enseñar como lo debe hacer sin hacer daño. Esta profesión no es nacional, este es un oficio mundial subvalorado en Colombia.
El proyecto 234/2018, nos da una esperanza de regulación de un oficio tan largo,que comenzó cuando ni siquiera existía el papel. Nuestros antepasados se remontan a los trovadores y narradores orales. Existe desde la antigüedad, en la antigua Grecia le llamaban el heraldo, un ministro que tenía por misión informar al pueblo, en roma con la diurna donde se colgaban diversas noticias, todo ello para la creación del periodismo moderno, como nos van a decir que no es una profesión sino que es una especialización, cuando es una de las carreras más antiguas del planeta junto con el oficio de la prostitución.
Defiendo esta profesión , porque es una vocación y es sumamente difícil entender cómo se confunde la libertad de expresión con la responsabilidad de la misma, me parece que quienes estudian esto deben tener claro la importancia y responsabilidad que se requiere y hasta que eso no pase, la gente seguirá pensando que el periodismo lo puede hacer cualquiera, porque cualquiera precisamente escribe lo que le venga en gana sin regulación alguna.
Por: Karol Piedrahita
